Evite ser predecible. No hay nada peor que la rutina. Imagine que una persona con muy malas intenciones se encuentre vigilando cada paso o movimiento que usted realice, es como ofrecer un manual de nuestras propias acciones. Por ello, procure cambiar cada cierto tiempo su rutina de salida y llegada a casa. Modifique sus rutas, sus horas de salida y llegada, evite ser predecible. Procure también verificar que nadie extraño a su vecindario se encuentra siguiendo sus actividades constantemente. De tener alguna duda o sospecha, converse e indague con sus vecinos y comuníquese con las autoridades de su localidad.
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